Crecí en un ciudad chica que tiene un río y mucha vegetación. Jugué todos los días en mi jardín y en el campo. Eso me definió como persona.
La vida vegetal, el universo íntimo de las plantas y el conjunto de reminiscencias afectivas ligados a la idea de patio o de jardín, son recurrencias casi obsesivas en mi obra con las que vengo trabajando en formatos diversos como dibujo, pintura, foto, intervención. Dibujar u pintar plantas y flores cambió mi forma de dibujar y pintar.
Me gusta esa mirada salvaje, anterior a toda formación académica, que cualquier persona predispuesta puede tener. Creo, al final, que una obra no es una copia de la naturaleza sino una naturaleza paralela, un objeto que crece y empieza a ocupar su sitio en el campo de lo real.
Trabajar con amigos me hace feliz, sobre todo con músicos. Hago intervenciones para sus recitales. Ellos y yo lo disfrutamos, la gente que va a verlos también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario